Que tú, cuyo nombre solo, etc.— Que tú, cuyo nombre es Jehová, eres solo el Altísimo, etc. Mudge.

REFLEXIONES.— La iglesia en la tierra es siempre militante; y pronto serían aplastados, si no fuera por la protección de su gloriosa Cabeza.

1. El salmista dirige su oración a Dios. No guardes silencio, escucha nuestro clamor y envíanos una palabra de aliento en medio de las amenazas de nuestros enemigos. No guardes silencio, como si no te preocuparan sus blasfemias o se confabularan ante sus intentos; y no estés quieto, oh Dios, sino levántate para preservarnos y protegernos de su malicia y violencia. Nota; A veces, el Señor parece hacer caso omiso de la angustia de su pueblo, pero es para animarlos a volar hacia él en busca de socorro con mayor importunidad.

2. Describe la confederación formada; insiste en sus malvados designios y representa su rabia y astucia, contra las cuales el pueblo de Dios no podría resistir, a menos que el Señor apareciera para fortalecerlos y confundir a sus enemigos. [1.] La disputa era suya: eran sus enemigos, y lo aborrecían a él, a sus leyes y a su adoración; pero, incapaz de desahogar su enemistad de otra manera, la volvió contra su pueblo, sus escondidos, que estaban cubiertos con la sombra de sus alas, y sus excelencias desconocidas. Nota; (1.) Cualesquiera que sean las pretensiones que los hombres puedan hacer para oponerse al pueblo de Dios, la verdadera causa es la enemistad contra Dios, cuya santidad no pueden soportar y cuya imagen no pueden ver en su prójimo sin odio. (2.) Los fieles están escondidos con Cristo en Dios,e impotente es la ira de sus enemigos contra ellos. [2.] La confederación era fuerte. El poder y la política se unieron contra ellos: diez naciones, aunque divididos en intereses, se unieron rápidamente contra el Israel de Dios; insolente y confiado en el éxito; con planes profundamente arraigados, y en una furia tumultuosa exhalando amenazas y matanzas; contento con nada menos que la extirpación del mismo nombre de Israel.

Nota; (1.) Cualesquiera que sean las diferencias de sentimiento que los hombres del mundo tengan, o cualesquiera que sean las discrepancias, todos se unen cordialmente para oponerse a la causa de Dios y la verdad. (2.) Un mundo inicuo se alegraría de todo corazón si no quedara ni predicador ni profesor de religión verdadera; porque éstos son siempre sus alborotadores. (3.) Cuando toda otra ayuda nos falla, es un consuelo que tengamos a ese Señor todo suficiente al que volar, que puede calmar la locura de la gente. (4.) Los hombres deben saber al fin que el Señor Omnipotente reina, y la ejecución de la merecida venganza sobre los impíos redundará en su gloria eterna.

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