Sin embargo, hónrame ahora, te ruego, ante los ancianos. - Fue una extraña penitencia, después de todo, este dolor de Saulo por su gran pecado. Sin duda, estaba terriblemente serio y con gran temor; pero su seriedad se basaba en el deseo de mantener su poder y su estado real, y su temor surgía de una aprensión bien fundada de que si perdía el semblante de Samuel el vidente, el siervo reverenciado y honrado del Señor, probablemente perdería su corona. “Si Saulo hubiera sido realmente arrepentido, rezaría para haber sido humilde en lugar de ser honrado” ( San Gregorio, citado por Wordsworth).

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