Dios no lo quiera; no morirás. - Jonatán incluso ahora se niega a creer que su amado padre, cuando él era él mismo, realmente deseaba mal a David; Todo lo que había sucedido hasta entonces, el principesco Jonathan atribuyó a la infeliz enfermedad de su padre. Insiste a su amigo en que si el rey en serio tuviera intenciones sobre la vida de David, en sus días tranquilos y lúcidos habría consultado con él, Jonatán, a quien siempre confió todos sus secretos de Estado.

No haré nada. - Aquí los comentaristas y las versiones - LXX., Vulg. Y Cbaldee - todos están de acuerdo en leer en el texto hebreo, lo "no", por lo "a él", es decir, por un vau un aleph debe ser sustituido.

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