Y Samuel tomó a Saúl. - El vidente no le dio a Saulo respuesta a esta pregunta, en la que el joven expresaba el asombro de que alguien tan insignificante fuera elegido para un destino tan elevado. Samuel simplemente deseaba, en primera instancia, despertar pensamientos y aspiraciones nuevos y más grandiosos en este corazón joven, y sin respuesta procedió a conducir a sus invitados al lugar del sacrificio en el lugar alto.

En la habitación de invitados, donde se reunieron treinta de las personas más distinguidas presentes en el solemne sacrificio. Samuel coloca a Saúl y su compañero, sin duda para su gran sorpresa, en los asientos principales. “El salón” es una traducción desafortunada de la palabra hebrea aquí, que significa la “celda” o “cámara” adjunta al edificio en el lugar alto, para propósitos como el presente. Estas solemnes comidas de sacrificio eran el complemento habitual de un sacrificio solemne.

Saúl no solo fue así altamente honrado en público como el futuro rey, sino también su siervo. Si, como nos dice la tradición, este sirviente era Doeg el edomita, él también en esta ocasión tuvo un anticipo de su posición futura, una prueba del rango y poder que recibiría cuando fuera uno de los grandes oficiales de estado de Saúl.

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