Inclina tu oído y escucha. - No tanto mi oración como las palabras de Senaquerib.

Abre, Señor, tus ojos y mira. - Refiriéndose, como dice Thenius, a la carta de Senaquerib; sin embargo, no como si los ojos de Jehová estuvieran cerrados antes de esta oración. Tratar el lenguaje figurativo del Antiguo Testamento de esa manera viola el sentido común. "Inclina tu oído", "Abre tus ojos", en la boca de Ezequías simplemente significaba "Interviene activamente entre mi enemigo y yo"; aunque, sin duda, tales expresiones transmitían originalmente los pensamientos reales de los israelitas acerca de Dios.

Que le ha enviado. - Más bien, que él ha enviado. Las "palabras" se consideran un todo, un mensaje.

El Dios vivo. - En contraste con los ídolos sin vida de Hamat, Arpad, etc.

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