Iré a él. - En lo que respecta a las meras palabras en sí mismas, esto podría tomarse como la expresión del consuelo de un estoico: "Iré a los muertos, pero los muertos no vendrán a mí"; pero David, en toda su naturaleza y creencia, estaba lo más lejos posible de ser un estoico, y estas palabras en su boca apenas pueden ser otra cosa que una expresión de confianza en una vida de conciencia más allá de la tumba, y del reconocimiento futuro. de los amados en la tierra.

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