Unos pocos en número, y átalos en tus faldas. - Un pequeño remanente del pueblo aún quedó en la tierra después del gran cautiverio ( 2 Reyes 25:22 ); pero aun de éstos algunos perecerían por la violencia (“arrojándolos en medio del fuego”) en los desórdenes que surgieron, y de esto “saldrá fuego a toda la casa de Israel”. (Véase Jeremías 40, 41.) El resultado final fue la expatriación de todo lo que quedaba en Judea y el vaciado total de la tierra del pueblo elegido.

En este punto, el uso del simbolismo cesa por un tiempo, y el profeta ahora, por primera vez, comienza a pronunciar sus profecías en un lenguaje sencillo. En consecuencia, cambia su estilo de prosa a la forma más ordinaria de expresión profética en paralelismos, que constituyen el rasgo distintivo de la poesía hebrea, y esto continúa hasta que comienza otra visión con Ezequiel 8 .

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