El corazón de Jacob se desmayó. - Heb., Se enfrió. Este no fue el efecto de la incredulidad o la sospecha, sino de la sorpresa. A Jacob, abrumado por la pérdida del niño que había ocupado el lugar de su amada Raquel en su corazón, no le quedaba nada que le interesara excepto Benjamín. Por lo tanto, cuando llega la noticia de que José aún vive, su mente no puede abrirse para recibir las gozosas nuevas, y su primer efecto es enfriarlo con un renovado sentido de su pérdida. Sólo cuando ve los carros y otras pruebas claras del hecho, la vida vuelve a sus facultades entumecidas y se vuelve capaz de gozar.

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