El altar del Señor, que hicieron nuestros padres, no para holocaustos ni para sacrificios. - Las palabras sugieren la reflexión de que existen muchos otros “altares” así llamados en la actualidad, también motivo de disputa; y tendería mucho a la paz y la aquiescencia en su existencia si pudiéramos estar seguros de que, como este altar, no son “ para sacrificios” sino para un testimonio de esa adoración común de Cristo como Dios que es una característica esencial del cristianismo.

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