A la zarza. - Desesperados por lo mejor, se aprovechan de la ambición sin escrúpulos de los peores. La zarza - atad - es más bien el rhamnus, o espino cerval, que Dioscórides llama Cartha ginian atadin. Parece haber un eco de esta fábula en la fábula de Æsop del zorro y la espina, donde el zorro se desgarra terriblemente al agarrar la espina para salvarse de una caída, y la espina le pregunta qué más podía esperar.

Reina sobre nosotros. Parece que se dirigen a la espina con un imperativo menos ceremonioso, no mâlekah, como el olivo, ni mûlekî, como la higuera y la vid, ¡sino un simple melâk contundente !

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