Y la gente le preguntó ... - Las preguntas que siguen son propias de San Lucas. Son interesantes porque muestran que la obra del Bautista no fue la de un mero predicador del arrepentimiento. La confesión de los pecados siguió naturalmente por parte de los penitentes; eso fue seguido, como es natural, por una guía para la conciencia. San Lucas, como médico del alma, bien pudo haberse complacido en dejar constancia de este ejemplo de verdadera terapéutica espiritual.

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