No respondió nada. - Aquí, como antes en Mateo 26:63 , tenemos que darnos cuenta del contraste entre el clamor vehemente de los acusadores, el silencio tranquilo, imperturbable, paciente del acusado, y la maravilla del juez ante lo que era tan diferente de todo lo que previamente había entrado dentro del rango de su experiencia.

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