Saca las aguas. - En esta situación desesperada, a Nínive se le aconseja burlonamente que prolongue su resistencia. Los muros exteriores están derribados; déjala aguantar en la ciudadela. No, que comience de nuevo sus preparativos para la defensa. Que se acueste en agua y provisiones, y construya nuevos contrafuertes de ladrillo. ¿De qué le servirá? En medio de sus preparativos, el fuego y la espada la sorprenderán nuevamente.

El relato de esta última lucha por la existencia es minucioso. Nahum se remonta a la reparación del horno de ladrillos, así como Isaías, en su descripción del culto a los ídolos, se remonta al herrero que trabaja con las tenazas y al carpintero que mide con su regla ( Isaías 44:12 , ss. ) . En ambos casos la ironía cobra fuerza mediante una minuciosa y elaborada descripción de operaciones destinadas a ser inútiles.

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