Que no sea como muerta. - Este es otro de los lugares en los que se dice que los escribas alteraron el texto. Se dice que el original fue el siguiente: - Que no sea como muerta, que salió del vientre de nuestra madre, y la mitad de nuestra carne sea consumida. El leproso era "como un muerto" en dos aspectos: (1) como excluido de las relaciones con sus hermanos; y (2) como causante de una profanación ceremonial en el caso de aquellos que fueron puestos en contacto con él, similar a la causada por tocar un cadáver.

“Era”, como ha señalado el arzobispo Trench, “una terrible parábola de la muerte” (Sobre los milagros, p. 214). En los tipos más graves de lepra había, como ha observado el mismo escritor, "una disolución, poco a poco, de todo el cuerpo, de modo que un miembro tras otro se pudre y cae" ( Ibid, p. 213).

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