CAPÍTULO VIII

Asuero inviste a Mardoqueo con los cargos y dignidades

que poseía Amán, 1, 2.

Ester ruega que se revoque el decreto de destrucción 

emitido contra los judíos, 3-6.

Le informa que los actos que una vez pasaron por el sello del rey

no pueden ser revocados; pero les ordena a ella y a Mardoqueo que escriban

otras cartas en su nombre, y las sellen con su sello, y las

 envíen a todas las provincias del imperio, dando a los judíos

libertad para defenderse, lo que se hace en consecuencia;

y las cartas son enviadas con la mayor rapidez a todas las

provincias: en consecuencia, los judios se preparan para su propia

defensa, 8-14.

Mardoqueo aparece públicamente vestido de su alto cargo, 15.

Los judíos se regocijan en todos los lugares; y muchos del pueblo se 
 
convierten en judíos, porque el temor de los judíos había 

caído sobre ellos, 16, 17.

NOTAS SOBRE EL CAP. VIII

Verso Ester 8:1 . El rey - dar la casa de Amán. Como Amán fue declarado culpable de prácticas traicioneras contra la paz y la prosperidad del rey y su imperio, su vida fue confiscada y sus bienes confiscados. Y como Mardoqueo había sido el medio para preservar la vida del rey, y era el objeto principal de la malicia de Amán, era justo conferirle su propiedad, así como su dignidad y oficio, ya que se encontró que Mardoqueo merecía lo primero, y apto para desempeñar las funciones de este último.

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