CAPÍTULO XXI

Job se expresa como desconcertado por las dispensaciones de la Divina

Providencia, debido a la desigual distribución de los bienes temporales

muestra que los malvados suelen vivir mucho tiempo, prosperar en

en sus familias, en sus rebaños y en todos sus bienes,

y sin embargo viven desafiando a Dios y a las cosas sagradas, 1-16.

En otras ocasiones su prosperidad se ve repentinamente destruida, y ellos

y sus familias se arruinan, 17-21.

Dios, sin embargo, es demasiado sabio para equivocarse, y reparte 

a todos según su sabiduría: unos llegan antes, otros después,

a la tumba: el fuerte y el débil, el príncipe y el campesino

llegan a un final similar en esta vida; pero los malvados

están reservados para el día de la ira, 22-33.

Acusa a sus amigos de falsedad en sus pretendidos

intentos de consolarle, 34.

NOTAS SOBRE EL CAP. XXI

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