Verso Lucas 17:14. Mostraos a los sacerdotes... Según la ley, Levítico 13:2, c. Levítico 14:2, Nuestro Señor pretendía que su sanidad se recibiera por la fe: dependían de su bondad y su poder y, aunque no tenían ninguna promesa, iban por orden suya a hacer lo que sólo debían hacer los que ya estaban sanados por la ley.

Y - mientras iban... Con este espíritu de fe implícita, quedaron limpios. Dios honra mucho esta clase de fe, y la convierte en el instrumento en su mano para obrar muchos milagros. El que no cree hasta que recibe lo que él llama una razón para ello, nunca es probable que consiga salvar su alma. La razón más elevada, la más soberana, que puede darse para creer, es que Dios lo ha ordenado.

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