Versículo 26. Había sufrido muchas cosas de muchos médicos, y no mejoró en nada, sino que empeoró... Nadie se asombrará de este relato, cuando considere la terapéutica de los médicos judíos en referencia a las hemorragias, especialmente del tipo con el que estaba afligida esta mujer.

Rabí Jochanan dice: "Tomad de goma de Alejandría, de alumbre y de crocus hortensis, el peso de un zuze cada uno; machácalos juntos y dáselos en vino a la mujer que tiene flujo de sangre. Pero si esto falla,

"Toma de las cebollas persas nueve troncos, hiérvelos en vino y dáselo a beber; y di: Levántate de tu flujo. Pero si esto falla,

"Ponla en un lugar donde se encuentren dos caminos, y que tenga una copa de vino en la mano; y que alguien venga detrás y la asuste, y le diga: Levántate de tu flujo. Pero si esto no sirve de nada,

"Toma un puñado de comino y otro de azafrán, y un puñado de alholva; hiérvelos y dale de beber, y dile: Levántate de tu flujo. Pero si esto también falla,

"Cava siete zanjas, y quema en ellas algunos esquejes de vides aún no circuncidadas (vides de menos de cuatro años); y deja que tome en su mano una copa de vino, y que sea conducida desde esta zanja y puesta sobre aquella, y que sea removida de aquella, y puesta sobre otra; y en cada remoción dile: Levántate de tu flujo". El Dr. Lightfoot da esto como una muestra, entre muchas otras, extraídas de Bab. Shabb. fol. 110.

Y con estas medicinas es evidente que la mujer no podía mejorar, y de otras es tan evidente que debía empeorar; y de todo ello es indudablemente cierto que debió sufrir muchas cosas; y por las personas empleadas, el gasto de los medicamentos y el número de años que estuvo afligida, ya que no era una persona de gran opulencia, es perfectamente creíble que gastara todo lo que tenía. Era, pues, una paciente idónea para el Gran Médico.

El caso de esta mujer era muy aflictivo:

1. Por la naturaleza de su enfermedad, que no podía hacerse pública sin exponerla a la vergüenza y al desprecio.

2. Era un trastorno inveterado; había durado doce años.

3. Era continuo; parece que no tuvo ningún intervalo de salud.

4. Su trastorno se vio agravado por las medicinas que utilizaba; sufría mucho...

5. Su enfermedad fue ruinosa tanto para su salud como para su situación: gastó todo lo que tenía.

6. Se encontraba al borde de la miseria, de la necesidad y de la desesperación; estaba empeorando, y no tenía ni dinero ni bienes para hacer otro experimento que le permitiera recuperar la salud.

7. Su enfermedad la había abatido tanto que era incapaz de ganar algo para mantener su miserable vida un poco más.

Se ha dicho, y el dicho es bueno, que "la extremidad del hombre es la oportunidad de Dios". Nunca se pudo mostrar el poder y la bondad de Dios en un caso más difícil y angustioso. Y ahora viene Jesús, y ella es sanada.

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