Verso Mateo 14:23. Subió a una montaña aparte, para orar...  

Aquel a quien Dios ha empleado en una obra de misericordia tenía necesidad de volver, en oración, tan pronto como le sea posible, a su Hacedor, no sea que caiga en la tentación de valorarse a sí mismo a causa de aquello en lo que no tiene mérito: por que el bien que se hace en la tierra, el Señor lo hace solo. Algunos hacen que esta parte de la conducta de nuestro Señor sea emblemática del espíritu y la práctica de la oración, y observan que las disposiciones y circunstancias adecuadas para orar bien son:

1. Retiro del mundo.

2. Elevación del corazón a Dios.

3. Soledad.

4. El silencio y la tranquilidad de la noche.

Es cierto que también en esto Cristo nos ha dejado un ejemplo de que debemos seguir sus pasos. La jubilación del mundo es a menudo un medio de animar, apoyar y espiritualizar la oración. Otra sociedad debe ser excluida cuando un alma viene a conversar con Dios.

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