Verso Mateo 18:30. Y él no quiso... 

Para los despiadados, Dios no mostrará misericordia. Este es un propósito eterno del Señor, que nunca podrá cambiarse. Dios nos enseña qué debemos hacer con un compañero pecador, como ÉL nos hace. La deuda de nuestro consiervo con nosotros, y la nuestra con Dios, son como de cien denarios a diez mil talentos. Cuando nos humillamos ante Él, ¡Dios nos perdona gratuitamente toda esta enorme suma! ¿Y exigiremos de nuestro hermano recompensa por las faltas más insignificantes? Lector, si eres de este tipo despiadado e implacable, lee el capítulo.

"Todas las almas se perdieron una vez,

Aunque la justicia sea tu súplica, considera esto:

Que, en el curso de la justicia, ninguno de nosotros

Debería ver la salvación: oramos por misericordia;

Y esa misma oración nos enseña a todos a rendir

Las obras de misericordia.- "

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