Versículo 36. Ni por tu cabeza jurarás.  Por estas claras razones:

1. Dios te ordena que no lo hagas.

2. No tienes nada que sea tuyo , y no debes empeñar la propiedad de otro.

3. Nunca respondió, y nunca podrá responder a ningún buen propósito. Y

4. Siendo una transgresión de la ley de Dios, es el camino a la miseria eterna.

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