Versículo Oseas 11:4 . Los dibujé con cuerdas de un hombre. Esto es una referencia a las cuerdas conductoras, un extremo del cual es sostenido por el niño, el otro por la nodriza, por el cual el pequeño, sintiendo algún apoyo, y ganando confianza, se esfuerza por caminar. Dios, su Padre celestial, se valió de todos los medios y métodos para enseñarles a caminar por la senda correcta y única segura; pues, como dice el Targum: "Como se atrae a los hijos amados, yo los atraje con la fuerza del amor".

Que toman del yugo en sus quijadas. Hice todo lo que la misericordia podía sugerir, y la justicia permitir, para hacer de su deber su deleite y provecho. Parece haber aquí una ilusión al mover y tirar hacia adelante el collar o el yugo de las bestias que han estado trabajando duro, para dejar entrar el aire fresco entre él y su cuello, a fin de refrescarlos, y evitar ese calor, que con el sudor quemaría sus cuellos, y quitaría no sólo el pelo, sino la piel. A menudo he hecho esto en los extremos de la tierra, al arar, cuando en las vueltas se permitía al ganado unos momentos para tomar aliento después del duro tirón que terminaba el surco en cada extremo del campo: - [Y les puse carne].

Y les di de comer. Dándoles al mismo tiempo un bocado de hierba o heno, para animarles a seguir adelante. La metáfora es fuerte y expresiva; y quien alguna vez haya tenido o visto el manejo del ganado en el arado o en el carro debe admirarla. Así actuó Dios con el pueblo sobre cuyo cuello estaba el yugo de su ley. ¡Cuántos privilegios, ventajas y comodidades mezcló con sus preceptos, para hacer de ellos a la vez un pueblo justo y feliz!

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