Los atraje con cuerdas de hombre, como con cintas que sostienen los primeros pasos débiles de un niño, con lazos de amor, no con cadenas para mantenerlos cautivos contra su voluntad; y yo era para ellos como los que se quitan el yugo de sus mandíbulas, como cuando un hombre desliza hacia atrás el yugo del cuello de un animal de tiro para darle la libertad de comer libremente, y yo les ponía carne, suavemente ofreciéndoles alimento para sus almas. Todo el pasaje se refiere a las muchas evidencias de amor que el Señor mostró a Su pueblo en el camino por el desierto y en la Tierra Prometida.

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