y no se quedarán con la poderosa que se caigan de la

que se han ido al infierno , o "la tumba",.

con sus armas de guerra ; que nunca fueron tomados de ellos, y que se mantuvieron en sus manos al último, nunca fueron conquistados, y murieron por fin una muerte natural, y no por la espada; o que se llevaron a cabo en estado antes de su coche de ayuda en el momento del entierro, al igual que la costumbre de este día, por así decirlo en el funeral de grandes guerreros, generales y oficiales:

y han puesto sus espadas bajo sus cabezas ; Como señal y token, como dice Jarchi, que la espada no gobernó sobre ellos, que no cayeron; O sus estatuas y monumentos sepulcrales fueron adornados con estos, y otros instrumentos de guerra, al igual que la tumba de Misenus por Aeneas D; y como sigue siendo la costumbre donde se colocan los cabezas de los poderosos, para grabarlos sobre ellos: o, literalmente, sus espadas y otras armas de guerra fueron puestas en sus tumbas bajo sus cabezas; Como era habitual, en tiempos anteriores, en algunos lugares para poner espadas, escudos y otras armaduras, en las tumbas de los militares, al igual que en la tumba de estos, en el febrero de Alejandro, y otros, según informaron Por Plutarch, Diodorus Siculus, y Sófocles E: ahora los escitas no fueron enterrados: después de esta manera grandiosa y pomposa:

pero sus iniquidades estarán en sus huesos ; o el castigo de su pecado debe ser, que sus huesos deben estar separados y dispersos, o se desglosan y se rompan en pedazos, y tratados con inhumanidad y desprecio, como una recompensa justa por su sabodidad y la crueldad:

aunque eran el terror de los poderosos en la tierra de la vida : no solo el terror de la gente común, sino también de los reyes más poderosos y los guerreros poderosos.

d vid. Virgil. Eneida. l. 6. Seneca, l. 4. controverso. 4. e vid. Lydium de re militari, l. 6. C. 7. pag. 250, 251. Kirchman, De Fumer. romano. l. 3. C. 18.

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