Y sucederá que [tan pronto como] me haya apartado de ti, que el Espíritu del SEÑOR te llevará a donde yo no sepa; y cuando yo llegue y se lo diga a Acab, y él no pueda encontrarte, me matará; pero yo, tu siervo, temo al SEÑOR desde mi juventud.

(d) No soy de los malvados perseguidores para que me provoques tal disgusto, sino que sirva a Dios y favorezca a sus hijos.

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