1 Reyes 18:12

No es poco sorprendente que mientras reinaban la idolatría y la maldad en la corte de Acab, Abdías, un hombre piadoso y un devoto adorador de Dios, debería haber poseído tal influencia sobre el rey como para poder retener su alta posición y oficio como señor chambelán, o alcalde del palacio. Sin duda fue a pesar de su religión y porque, como Daniel en la corte real de Babilonia, se descubrió que era completamente digno de confianza y concienzudo.

De las palabras del texto podemos aprender dos lecciones valiosas:

I. La importancia de la decisión temprana para Dios. Abdías no era un hombre particularmente joven en ese momento; eso es claro en su lenguaje; pero su seriedad religiosa había datado de sus primeros años. Su piedad adoptó la tez de un sentimiento sobrecogedor de un Dios personal. Ésta es la fuerza más sana por la que se puede guiar la vida de un hombre. Cuando estamos al borde del suicidio moral, es la presencia sentida de un Dios personal lo que nos mantiene alejados del pozo de la contaminación. Cuando los hombres abandonan este terreno y piensan en la Deidad sólo como la gran fuerza que preside en la naturaleza, ya no existe ninguna base sólida de moralidad o virtud.

II. La segunda lección es la importancia del coraje para confesar abiertamente nuestra decisión religiosa. Lo primero es tener principios sólidos y lo segundo es no avergonzarse de ellos. La piedad de Abdías debe haber puesto en peligro su vida a menudo; pero, a pesar de todo eso, no renegó de su fe en el Dios de Israel. El temor del Señor quitó todos los demás temores.

Es de gran ayuda para nosotros, si nuestra fe es genuina, encontrarnos con un poco de oposición a veces. Un hombre no es peor cristiano por tener que defender ocasionalmente sus principios. Hace que nuestra religión sea más real y nos da una mayor confianza en su poder.

J. Thain Davidson, The City Youth, pág. 97.

Referencias: 1 Reyes 18:12 . Spurgeon, Sermons, vol. xxx., núm. 1804; JC Harrison, Christian World Pulpit, vol. xix., pág. 209. 1 Reyes 18:17 ; 1 Reyes 18:18 .

R. Heber, Sermones parroquiales, vol. ii., pág. 104. 1 Reyes 18:17 . Parker, Fountain, 8 de febrero de 1877 y vol. viii., pág. 32. 1 Reyes 18:20 . A. Mursell, Luces y lugares emblemáticos, p. 126.

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