Y él dijo: Sal, y ponte sobre el monte delante de Jehová. Y he aquí, el SEÑOR pasó, y un viento grande y fuerte rasgó los montes y quebró las peñas delante del SEÑOR; [pero] el SEÑOR [estaba] (f) no en el viento: y tras el viento un terremoto; [pero] el SEÑOR no estaba en el terremoto:

(f) Porque la naturaleza del hombre no puede acercarse a Dios, si apareció en su fuerza y ​​majestad completa, y por lo tanto, misericordiosamente se somete a nuestras limitaciones.

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