Porque (i) la rebelión [es como] pecado de hechicería, y la terquedad [es como] iniquidad e idolatría. Por cuanto has rechazado la palabra del SEÑOR, él también te ha rechazado de [ser] rey.

(i) Dios no odia nada más que la desobediencia de su mandamiento, aunque la intención le parezca buena al hombre.

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