Entonces el sacerdote Joiada sacó a los capitanes de los centenares que estaban puestos sobre el ejército, y les dijo: Sáquenla de los campos; y si la sigue, muera a espada. Porque el sacerdote dijo: No la mates en la casa del SEÑOR.

(i) Para unirse a su partido y mantener su autoridad.

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