Por tanto, hago un decreto, que todo pueblo, nación y lengua que hable (n) cualquier cosa contra el Dios de Sadrac, Mesac y Abed-nego, sea cortado en pedazos, y sus casas serán convertidas en muladar; porque no hay otro Dios que pueda librar después de esta clase.

(n) Si este rey pagano, movido por el Espíritu de Dios, castigara la blasfemia, e hiciera una ley y estableciera un castigo para tales transgresores, mucho más todos los que profesan la religión deberían asegurarse de que tal impiedad no ocurra, no sea que de acuerdo con su conocimiento y la responsabilidad es mayor, por lo que sufren un doble castigo.

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