Y la gloria del Dios de Israel había subido desde el querubín sobre el cual estaba, hasta el umbral de la casa. Y llamó al hombre vestido de lino, que tenía a su lado el tintero del escritor;

(e) Que declaró que él no estaba atado a ella, ni permanecería más tiempo de lo que había esperanza de que ellos regresaran de su maldad y lo adoraran correctamente.

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