Y la visión de todos os ha llegado a ser como las palabras de un libro sellado, que [los hombres] entregan a un erudito, diciendo: Leed esto, te ruego; y él dice: Yo (i) no puedo; porque está sellado:

(i) Es decir, que todo es igual, ya sea leer o no leer, a menos que Dios abra el corazón para comprender.

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