Y esto habéis hecho otra vez, (r) cubriendo el altar del SEÑOR con lágrimas, con llanto y con gritos, de tal manera que él ya no hace caso de la ofrenda, ni la recibe con buena voluntad de vuestra mano.

(r) Sin embargo, haz que la gente se lamente, porque Dios no toma en cuenta sus sacrificios, de modo que parezca que sacrifican en vano.

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