(5) Les refirió otra parábola, diciendo: El reino de los cielos es semejante a un grano de mostaza que un hombre tomó y sembró en su campo.

(5) Dios comienza su reino con comienzos muy pequeños para que al crecer (aunque los hombres ni lo esperan ni lo esperan), su gran poder y obra puedan manifestarse aún más.

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