Mediante estas parábolas, Cristo anima a sus discípulos a no ofenderse y volver atrás debido a los inicios del Evangelio. Vemos cuán arrogante y profano los hombres desprecian el Evangelio, e incluso lo convierten en ridículo, porque los ministros por quienes se predica son hombres de baja reputación y de bajo rango; porque no es recibido instantáneamente con aplausos por todo el mundo; y porque los pocos discípulos que obtiene son, en su mayor parte, hombres sin peso o consideración, y pertenecen a la gente común. Esto lleva a las mentes débiles a la desesperación de su éxito, que es probable que estimen a partir de la forma en que comenzó. Por el contrario, el Señor abre su reinado con un comienzo débil y despreciable, con el propósito expreso, de que su poder pueda ser más plenamente ilustrado por su progreso inesperado. (222)

El reino de Dios se compara con un grano de mostaza, que es el más pequeño entre las semillas, pero crece a tal altura que se convierte en un arbusto, en el que los pájaros construyen sus nidos. También se compara con la levadura, que, aunque puede ser pequeña en cantidad, extiende su influencia de tal manera que imparte su amargor a una gran cantidad de comida. (223) Si el aspecto del reino de Cristo es despreciable a los ojos de la carne, aprendamos a elevar nuestras mentes al poder ilimitado e incalculable de Dios, que a la vez creó todas las cosas de la nada, y cada día levanta cosas que no lo son (1 Corintios 1:28) de una manera que excede la capacidad de los sentidos humanos. Dejemos a los hombres orgullosos su risa desdeñosa, hasta que el Señor, en una hora inesperada, los sorprenda con asombro. Mientras tanto, no nos desanimemos, sino que nos levantemos por fe contra el orgullo del mundo, hasta que el Señor nos de esa asombrosa muestra de su poder, (224) de que él habla en este pasaje.

La palabra levadura a veces se toma en un mal sentido, como cuando Cristo les advierte que

cuidado con la levadura de los fariseos y de los saduceos, ( Mateo 16:11;)

y cuando Pablo dice que

un poco de levadura deja todo el bulto, ( 1 Corintios 5:6.)

Pero aquí el término debe entenderse simplemente como aplicable al tema presente. En cuanto al significado de la frase, el reino de Dios y el reino de los cielos, hemos hablado en ocasiones anteriores.

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