(12) Y estoy seguro de que, cuando vaya a ustedes, vendré en la plenitud de la bendición del evangelio de Cristo.

(12) Él les promete, mediante la bendición de Dios, que no les vendrá con las manos vacías: y exigiéndoles el deber de la oración, les muestra en qué debemos apoyarnos principalmente en todas las dificultades y adversidades.

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