(9) Y el SEÑOR se enojó contra Salomón, porque su corazón se había apartado del SEÑOR Dios de Israel, que se le había aparecido dos veces, (10) y le había mandado acerca de esto, que no fuera tras otro dioses, pero no guardó lo que mandó el SEÑOR. (11) Por tanto, el SEÑOR dijo a Salomón: Si has hecho esto por ti, y no has guardado mi pacto y mis estatutos que te he mandado, ciertamente te arrancaré el reino y se lo daré a ti. servidor.

(12) Sin embargo, en tus días no lo haré por amor de David tu padre, sino que lo romperé de la mano de tu hijo. (13) Sin embargo, no destruiré todo el reino; pero daré una tribu a tu hijo por amor de David mi siervo, y por amor de Jerusalén que yo he escogido.

¡Lector! permítanme suplicarles que hagan todas las mejoras necesarias de lo que aquí se incluye en esos versículos. Y que el Espíritu Santo bendiga su lectura a nuestras dos almas. ¡Observar! cuán agravado fue el pecado de Salomón, porque estaba en oposición directa a las anteriores manifestaciones de gracia que el Señor había condescendido en hacerle. Y observe también cómo el Señor lleva cuenta de la frecuencia con que visita a su pueblo.

¡Dulce pensamiento para el creyente! Jesús anota en su libro de memorias todas las visitas de su misericordia de amor, aunque nuestros corazones olvidadizos las pasan de largo. Y observe, además, en este pasaje, cuán penetrantes son los pecados de los creyentes, sobre todos los demás, en el corazón de Jesús. ¡Lector! piense en esto en lo que respecta a usted mismo. ¿Se ha manifestado el Señor Jesús a ustedes de otra manera que al mundo? ¿Dios el Padre os ha dado a Jesús? ¿Ha puesto el Espíritu Santo su amor sobre ti y ha abierto a tu vista las glorias de Jesús? Y no debe todo acto de crueldad después de tales muestras de favor especial y distintivo, ser muy, muy hiriente para el corazón de un Dios tan bondadoso; ¿No tiene tal Dios en pacto el derecho de exigir más de tales almas que de todas las naciones no iluminadas de la tierra? Que no todo hijo desobediente de Dios escuche esa voz de reproche que le habla después de cada transgresión; "Te desperté de las tinieblas, te libré de Satanás, te di la redención, ya Jesús con todas sus misericordias; ¿por cuál de todas estas bendiciones es para que así te rebeles contra mí?" ¡Pero lector! en medio de nuestra visión del clamor de los pecados de Salomón y del juicio del Señor, observe cómo se introduce el nombre de David, como la causa por la cual hallará misericordia.

Y así, en el pacto de redención por amor al Señor de David, los términos de gracia son los mismos. ¡Dulce pensamiento! tanto de nuestra relación con Jesús, nuestro Jefe Espiritual y Fiador; y del rescate que Jehová recibió en él; los creyentes, aunque castigados, son salvos. Mira esa dulce escritura; Salmo 89:30 .

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