(2) Y sucedió que cuando Jeroboam hijo de Nabat, que aún estaba en Egipto, se enteró (porque había huido de la presencia del rey Salomón, y Jeroboam habitaba en Egipto) (3) Que ellos envió y lo llamó. Y vino Jeroboam y toda la congregación de Israel, y hablaron a Roboam, diciendo: (4) Tu padre agravó nuestro yugo; ahora, pues, aligeras el servicio penoso de tu padre y el pesado yugo que puso sobre nosotros, y te serviremos.

Después de lo que se ha relatado acerca de Jeroboam en el capítulo anterior, no cabe duda de que vino y se dirigió al rey con espíritu de rebelión. La queja que dio acerca de Salomón era cierta, si la gente lo decía en serio con respecto a su idolatría. Pero por lo demás, nunca fue un reinado tan próspero, ni uno menos opresivo.

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