(10) Y sucedió que cuando los sacerdotes salieron del lugar santo, la nube llenó la casa del SEÑOR, (11) de modo que los sacerdotes no pudieron permanecer para ministrar a causa de la nube: para la gloria del SEÑOR había llenado la casa del SEÑOR.

Es hermoso observar que cuando el sacerdote salió de la casa, y no antes, apareció la gloria de la presencia divina. Jesús es todo, y en todos, en salvación. Nada se mezcló con su justicia, a modo de aceptación. La nube oscura insinuó que, si bien la gloria del Señor se manifestó en una dispensación nublada, mostraba el actual estado inmaduro de las cosas. Pero, por la gloria del Señor que llenaba la casa, no se mostró menos que la dispensación venidera sería más brillante: pero tanto bajo la ley como bajo el evangelio, el Señor Jesús es la totalidad y sustancia de la salvación. Él es quien llena todas las cosas.

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