CONTENIDO

La historia de la persecución de David por parte de Saúl continúa al comienzo de este capítulo. Pero, en esta persecución, el Señor puso a Saúl en manos de David: sus seguidores aconsejan a David que aproveche la ventaja; pero David se niega. Sin embargo, aprovecha la ocasión para protestar con Saulo, pidiéndole que preste atención a lo que pudo haber hecho y cómo se abstuvo. Saúl parece compungido de corazón, en la relación: confiesa su pecado a David, y obtiene de David una promesa de bondad para su casa. Se separan.

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