(2) Y sucedió que mientras el arca permanecía en Quiriat-jearim, el tiempo fue largo; porque fueron veinte años, y toda la casa de Israel se lamentaba en pos del SEÑOR.

Es difícil explicar este versículo o dar cuenta de lo que leemos en él. ¿Era posible que Israel permaneciera satisfecho por tanto tiempo con la falta del arca, que continuara en la casa privada de Eleazar sin altar y sin sacrificio? ¿Dónde estuvo Samuel todo este tiempo, y cómo pudo su alma bondadosa soportar todo esto? Sin embargo, le ruego al lector que no pase por alto lo que se dice de esta larga ausencia del arca; toda la casa de Israel se lamentaba en pos del Señor.

Sin duda, el Señor derramó su Espíritu Santo sobre Israel, y luego Israel sintió las dulces influencias de la gracia. Como se dice que todo Israel se lamentó después del Señor, algunos han pensado que los efectos benditos de este derramamiento del Espíritu no fueron diferentes, aunque no en una exhibición abierta, a los de Pentecostés. ¡Lector! es una preciosa muestra del favor de Dios para bien, cuando después de la falta de ordenanzas, el Espíritu de gracia es dado para llevar a los pecadores a lamentar por ellos.

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