Cuán hermosa parece esta conducta de Zacarías en medio de tiempos tan degenerados. Difícilmente la imaginación puede proporcionar una visión más amable que contemplar a los siervos fieles del Señor atreviéndose a ser celosos por la causa de Dios y de Cristo, cuando la marea del día corre violentamente contra ellos. Qué gloriosa evidencia de fe es esta, cuando, como Moisés, los hombres no temen la ira del rey, porque ven al Invisible.

Hebreos 11:27 . ¡Pero lector! aunque rendimos el debido honor a personajes tan encantadores, no pasemos por alto la causa. Zacarías fue así fiel, porque el Espíritu del Señor descendió sobre él. ¡Oh! bendito regalo. Señor, derrama ahora tu espíritu, te suplicamos, porque el residuo del Espíritu está contigo.

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