El Espíritu Santo se ha complacido en darnos en esas Crónicas el relato más interesante acerca de Ezequías en las causas de sus pruebas, y que los otros registros, aunque relatan la parte histórica más copiosamente, no lo han hecho. El gran diseño era mostrarle a Ezequías lo que había en su corazón. El milagro que Dios había obrado en el cuadrante de Acaz, sufrió retroceder tantos grados, fue la maravilla que se hizo en la tierra.

Y como los asirios adoraban tontamente al sol, probablemente Ezequías se jactaba no poco por este motivo. Sea como fuere, es cierto que el Señor humilló así a su siervo, para que conociera el verdadero estado de su corazón, tal como era a los ojos de Dios. ¡Lector! no dejes que esta parte de la historia de Ezequías pase ante ti sin que hayas hecho las mejoras adecuadas.

¿Qué muestra sino esto, que todos los hombres, los mejores de los hombres, son hombres llenos de debilidades, y nada de qué jactarse ante Dios? ¡Oh! precioso Jesús! siempre que miremos, a quienquiera que dirijamos nuestras investigaciones, ¿dónde encontraremos a alguien más que a ti que eres santo, inofensivo, sin mancha, apartado de los pecadores y sin engaño?

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