Pero Ezequías no pagó conforme al beneficio que se le había hecho; porque su corazón se enalteció; por tanto, hubo ira sobre él, y sobre Judá y Jerusalén.

Ver. 25. Pero Ezequías no volvió a rendir. ] Sus devoluciones no se debían a sus recibos. Plerique omnes sumus ingrati. La lluvia cae del cielo en forma de aguaceros; sube pero en brumas: así vuelven nuestras alabanzas lenta y delicadamente. Servimos a Dios, en su mayor parte como los niños pequeños nos sirven, quienes, cuando vienen a nosotros de su juego y tienen algo de nosotros que quieren, se van, sin reverencia ni respeto hacia nosotros; pero si saben que tendremos el deber, lo harán, pero de tal manera que podamos ver que sus corazones están en su juego en el exterior más que en su deber.

Porque su corazón se enalteció. ] No tan bueno como lo era el de Josafat, 2Cr 17: 6, pero peor, con orgullo y arrogancia, mientras que no consideraba su distancia de Dios y su dependencia de Dios, sino que actuaba como si hubiera sido un dios insignificante dentro de sí mismo. Satanás estallará fácilmente en los mejores corazones si no miran.

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