Aquí llegamos a la triste página de la historia de Judá. Para entrar en un detalle completo de esta historia de la iglesia debemos conectar con ella los escritos del profeta Jeremías. El carácter de Sedequías, su corte y sus siervos se manifiesta más plenamente en la predicación del lúgubre profeta y en el triste trato que recibió de todas las partes. A esto, por tanto, me refiero. Y será de gran provecho para el Lector, para tener una clara aprehensión del ministerio de los varios profetas, recordar, según los prefacios de sus escritos, con los que, en su mayor parte, abren su comisión, en qué período de los varios reyes que ministraron.

Pero como ya he marcado esto en una página distinta al comienzo mismo de este Comentario, donde los nombres de todos los libros del Antiguo Testamento se establecen de acuerdo con el orden en el que se supone que fueron escritos, creo que es innecesario hacer más observaciones sobre ellos en este lugar. La historia de Judá como reino ahora está cerrada y comienza el cautiverio babilónico.

Continúa después de la publicidad
Continúa después de la publicidad