¡Qué notable coincidencia de circunstancias debe haber sido el haber llevado a esas personas al mismo lugar de la viña de Nabot! como para recordarle a Joram la causa de su muerte y su merecido juicio. ¡Lector! ¿Qué mayor testimonio puede exigir un hombre de que la mano del Señor está en esa visitación, cuando el castigo surge del mismo crimen, en las consecuencias que siguen?

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