(11) Entonces David tomó sus ropas y las rasgó; y lo mismo todos los varones que estaban con él. (12) Y se lamentaron, lloraron y ayunaron hasta la tarde por Saúl, por su hijo Jonatán, por el pueblo de Jehová y por la casa de Israel; porque cayeron a espada.

No cabe duda de que este lamento de David fue real y sincero. Y aprovecho la ocasión aquí desde a la observación, y es en mi estima una observación de no poca importancia, que lo que nos encontramos con los Salmos de David, en la que muchas veces se expresa con dureza contra sus enemigos, (como particularmente Salmo 10:1 novena , que ver) estas expresiones deben ser consideradas, en su mayor parte, como dirigidas contra los enemigos de Dios y de su iglesia; y no los enemigos privados de David.

Con mucha frecuencia habló como bajo el Espíritu de profecía; y el lector hará bien en todas las ocasiones de este tipo, en hacer una distinción adecuada entre los sentimientos privados del hombre y el espíritu público del Profeta. Ver Salmo 139:19 .

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