(14) Sin embargo, por cuanto con este hecho has dado gran ocasión a los enemigos del SEÑOR para blasfemar, también el hijo que te ha nacido, ciertamente morirá.

¡Lector! Piense en el poderoso argumento que es, o debería ser, para refrenar el pecado, cuando consideramos cuánto las ofensas del pueblo del Señor dan ocasión a los adversarios de su causa para blasfemar. ¡Seguramente! Todo hijo de Dios preferiría morir antes que traer oprobio, con cualquier mala conducta, sobre la herencia del Señor.

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