(4) Invocaré al SEÑOR, que es digno de ser alabado, y seré salvo de mis enemigos.

Hay dos dulces empleos que David resuelve en este versículo, a saber, invocar al SEÑOR; y en segundo lugar, porque ese SEÑOR es tan digno de alabanza, que lo alabará. ¡Lector! no olvides que estas son las consecuencias naturales (casi lo había dicho, pero preferiría decir), las graciosas consecuencias de tener relación e interés con nuestro DIOS en CRISTO JESÚS.

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