(5) Cuando las olas de la muerte me rodearon, las inundaciones de hombres impíos me atemorizaron; (6) Los dolores del infierno me rodearon; los lazos de la muerte me lo impidieron;

¡Parece haber en este versículo la entrada de David sobre todo el tema de su vida, en las muchas liberaciones que el SEÑOR había realizado para él! Compara los numerosos ataques de sus enemigos con la imagen de las inundaciones que caen sobre el alma para abrumarla. ¡Lector! Es precioso señalar en nuestra propia experiencia que, de la gracia que está en CRISTO JESÚS, muchas aguas no pueden apagar el amor, ni todos los ríos lo ahogan.

¡No, bendito JESÚS! Tu amor en el corazón de tu pueblo, plantado en sus almas por tu mano omnipotente, es una simiente incorruptible, que vive y permanece para siempre. David usa otras dos similitudes para describir sus pruebas mediante; los dolores del infierno y las trampas de la muerte: es decir, que tanto el infierno como la muerte se unieron en confederación contra él. Y de los peligros de ambos, no tenía más poder para librarse a sí mismo que los pecadores de los terrores de los encadenados en el infierno; ni que los muertos apresados ​​en la tumba. ¡Lector! Considere esto en un sentido espiritual, y cómo tenderá a aumentar la liberación de la miseria eterna y la muerte eterna por la Persona y salvación del SEÑOR JESUCRISTO.

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